Educación Hoy

BIENVENIDOS!

Le damos la bienvenida a este blog de ética y valores en la escuela, cuya finalidad es darle a conocer a ustedes la importancia que tienen estas dos definiciones en nuestra educación, tanto desde el comienzo de nuestros estudios o en cualquier momento de nuestras vidas


viernes, 26 de marzo de 2010

REFLEXIÓN

Unos de los fallos principales del actual sistema educativo es que ha descuidado la formación de la voluntad y la capacidad de riesgo. Vivimos en una cultura hedonista, vana, sensiblera, que rehúye el esfuerzo, el sacrificio, el vencimiento de sí mismo. Todo lo que no produce placer o satisfacción inmediata es rechazado por inútil. De ahí que estamos levantando generaciones de jóvenes superficiales, incapaces de esfuerzo sostenidos, presas fáciles de vendedores y comerciantes que alaban su ego y doblegan su rebeldía para hacer de ellos meros consumidores.

Es urgente una educación que rescate el valor del esfuerzo y del vencimiento. Son las tempestades y los vientos fuertes los que forman los mejores navegantes. Una vida excesivamente fácil levantan personas débiles a las que derrota cualquier dificultad o problema. Los grandes hombres labraron su vida en el sacrificio, acrisolaron su voluntad en el vencimiento, se levantaron y volvieron a levantar en sus caídas. El gran científico Pasteur sufrió de un ataque cerebral que lo dejo casi invalido y sobreponiéndose con tesón a este problema, siguió trabajando e investigando durante 28 años. Demóstenes era tartamudo y doblego su voz poniéndose piedritas en la boca y ejercitando su oratoria frente a un mar embravecido y así se transformo en el mejor orador de la antigüedad. Es lo que decía Bolívar (El arte de vencer se aprende en las dificultades).para que los centros educativos se conviertan en fraguas de hombres y mujeres responsables, libres y generosos deben incluir en su propuesta educativa la ejercitación continua del vencimiento de sí mismo, a que emprendan el combate diario contra la flojera y el egoísmo que los aprisiona contra el suelo e impiden que alcen sus alas en un vuelo de libertad ahí la importancia de actividades como el deporte las convivencias, el excursionismo….. Tan apropiadas para forjar corazones y ejercitar el aprendizaje del tesón, esfuerzo y vencimiento.

Enseñemos a nuestros jóvenes a ser fuertes sin perder la ternura ni la compasión.

martes, 23 de marzo de 2010

VALORES ÉTICOS DEL MAESTRO Y SU INFLUENCIA EN LA EDUCACIÓN

El maestro y el alumno son los personajes centrales de una institución educativa. La figura del maestro se ha constituido en la sociedad de todos los tiempos como la persona que es el ejemplo a seguir, a escuchar, a valorar y a exigir. Los valores del docente tienen una influencia definitiva en la educación, en la formación del hombre y es piedra angular del progreso de muchos pueblos.



En el quehacer educativo lo que permanece siempre son los maestros, pues los alumnos y todo el personal de apoyo a la docencia son transitorios. La función de los maestros es muy importante en las comunidades humanas. Su presencia es clave en el proceso y el desarrollo de los pueblos.

La educación es una empresa social y que corresponde primero a la familia, al estado y a la iglesia; sin embargo, la función del maestro en la educación juega un papel muy importante. Según Gregorio Nacianceno la educación es "el arte de las artes y la ciencia de las ciencias".

El maestro encuentra su máximo goce en la realización de sus deseos de formar al hombre como individuo y como persona. En el desempeño de su función, el maestro, como el artista, pone en juego todo su ser, utiliza todas sus facultades físicas e intelectuales, pero sobre todo, y esto lo singulariza, su corazón.

¿QUÉ SON VALORES?

Los valores son una cualidad "sui generis" de un objeto. Los valores son agregados a las características físicas, tangibles del objeto; es decir, son atribuidos al objeto por un individuo o un grupo social, modificando -a partir de esa atribución- su comportamiento y actitudes hacia el objeto en cuestión.


Se puede decir que la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal, e incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto.

Lo que tienen más propio los valores éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos valores que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder categoría como personas que somos. Nadie está obligado a ser una persona bella, ágil o simpática, pero toda persona está moralmente obligada a ser justa. Los valores éticos, a diferencia de los que no lo son, dependen de la libertad humana: una persona puede no ser justa, negando la exigencia universal de justicia. Y porque dependen de la libertad, los valores éticos sólo pueden atribuirse a las personas, no a las cosas: un paisaje puede ser bello pero no justo, unas deportivas pueden ser cómodos pero no buenas en sentido moral.


Todos los valores comportan un deber ser: es deseable ser alegre, ser enérgico, ser útil, ... Pero los valores éticos, además de éste deber ser implican uno deber hacer, son una prescripción o norma que tenemos que cumplir.

¿QUÉ ES LA ÉTICA?

La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.

La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego θικός. Etimológicamente, las palabras ética y moral tienen el mismo significado, con diferencia que moral deriva del latín (mos) y ética del griego (ethos). En consecuencia, a veces se llama a la ética filosofía moral. Hoy en día, sin embargo, se suele decir que la moral es uno de los objetos de estudio de la ética.

Es aquella ciencia, ya que estudia las cosas por sus causas, de lo universal y necesario, que se dedica al estudio de los actos humanos. Pero aquellos que se realizan tanto por la voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no ingresan en el estudio o campo de la ética.

La misión de la educación es transmitir conocimientos integrados en una cultura y en una dimensión ética. Esto lleva a educar en valores, pero no cualesquiera (estéticos,políticos, económicos...) sino éticos, los que forman el carácter y permiten promover un mundo más civilizado. La ética se ha alimentado siempre de la insatisfacción, es decir, de la distancia entre lo que es y lo que debería ser o nos gustaría que fuera, por lo que se puede decir que los valores éticos siempre están en crisis. Ya decía Locke que lo que mueve a las personas es la insatisfacción con la realidad.

La ética implica un camino común, unos intereses comunes en la construcción de un mundo mejor. Por eso sus principios son abstractos: libertad, igualdad, paz. Y ¿cómo se enseña ética? Tal vez sea más fácil explicar cómo no se hace. No se hace en una asignatura. La ética se aprenden con el ejemplo y la práctica. Se aprende cuando hay conflictos y se abordan de forma colectiva. Y ¿quién debe enseñar ética? Es tarea de todos, pero especialmente de la familia y de la escuela. Y, más, ¿no es maleducar a los niños formarles en valores éticos cuando viven en una sociedad que los repele? No hay más remedio, pues queramos o no transmitimos valores en la escuela y en la familia. Lo que hay que hacer es hacerlos conscientes. “Nuestra ética es, básicamente, una ética de derechos, y si exigimos respeto a los derechos, alguien tendrá que hacerse cargo de los deberes correspondientes, que también son de todos, universales. La libertad, la igualdad, la vida y la paz nos obligan a ser más justos, más solidarios, más tolerantes y más responsables. Extraido de : http://www.edu.xunta.es/valora/files/camps.pdf

Victoria Camps Los valores de la educación Madrid: Anaya, 2000 (7ª edición)


Valores que nos definen